Hace 6 meses, de manera bastante inesperada, tomé posesión del cargo de Concejal del Ayuntamiento de Collado Villalba a sabiendas de que, con a penas un año de mandato antes de las próximas elecciones, y con una bancada de la oposición más fragmentada que nunca, pocas victorias se podrían arrancar a este equipo de gobierno apoltronado desde hace años en el inmovilismo y la dejadez más absoluta. Pese a la previsiblemente «dura» campaña electoral que se avecinaba, tal vez precisamente por ese «escaso» tiempo que se me concedía como mandato, me hice a la idea de que este sería un año preelectoral «tranquilo» en el que atender la política del «día a día» sin grandes sobresaltos ni cuestiones de magnitud o profundidad exageradamente complejas. Y, como ya os podéis imaginar por el tono de esta introducción… no podía haber estado más equivocado :S
Nada más re-comenzar mi andadura en el consistorio (ya había sido concejal durante dos años y medio en el pasado mandato) acordamos que yo me haría cargo de fiscalizar las áreas de Hacienda y Urbanismo (dos «pesos pesados» de la gestión municipal de los que anteriormente se habían ocupado sobre todo mis buenos compañeros Sergio Asunción y Miguel Montaya, mucho más doctos y capaces que un servidor para esos y otros tantos menesteres), decisión que juzgué adecuada pues, aunque áreas de tal magnitud pueden resultar intimidantes, vinimos a esto a aportar y a aprender, y abordarlas en la oposición ayudaría a tener unas bases más sólidas en caso de gobernar algún día este malogrado municipio. De nuevo, como también habréis podido imaginar, resultó una decisión (de la que no me arrepiento, si no todo lo contrario) que no ha podido traerme más sorpresas.
Desde que tomé posesión del cargo, y en buena medida a causa de la cuestionable competencia de nuestros Populares gobernantes, que debían haber traido estas políticas no ya en la primera mitad del año, si no incluso a lo largo del año pasado, a los 6 Plenos ordinarios que corresponden a la actividad «natural» de nuestro Ayuntamiento se han unido otros 6 Plenos Extraordinarios de no escasa enjundia, lo que ha hecho de estos 6 meses de trabajo como concejal una labor frenética y desafiante. En concreto, hemos tenido Plenos Extraordinarios para aprobar inicialmente los presupuestos; para aprobarlos inicialmente de nuevo tras esa primera convocatoria fallida; para aprobarlos definitivamente (a pesar de que tenían que haber sido aprobados como tarde en Diciembre de 2021); para aprobar la revisión del contrato de construcción y gestión del túnel/aparcamiento de las calles Batalla de Bailén y Honorio Lozano; para gastar más de 11 millones de euros del remanente de tesorería en decenas de políticas con claro cáriz pre-electoral y, finalmente, a finales de Diciembre; para aprobar la cuenta general de 2021 (que debía haber sido aprobada como tarde en Octubre de 2022). Todo ello con sus respectivas comisiones informativas y sus respectivos, por supuesto, expedientes con centenares de documentos y miles de páginas en total.
Como veis, estas son cuestiones todas ellas de no poco calado que han hecho que, junto a otras materias también de peso tramitadas en los Plenos Ordinarios (Como el nuevo y extensísimo Inventario de Bienes Municipales, el cambio de ejecución del Plan Especial Urbanístico de Cantos Altos o los 4 millones de Euros para ayudas «anti inflación»), estos 6 primeros meses de mandato hayan supuesto todo un reto personal y político. He de decir también que, pese a la dificultad de embarrarse en cuestiones como estas sin una dilatada experiencia previa, todas han supuesto un enorme aprendizaje y unos cuantos «goles» al equipo de gobierno que, sin duda, revertirán positivamente en el futuro de nuestro municipio 🙂
En definitiva, que a pesar del inesperado y a veces abrumador ritmo de trabajo (esa media de dos plenos mensuales, ordinario y extraordinario, con sus respectivas comisiones informativas, no pocas veces se materializaron en decenas de horas de insomnios y quebraderos de cabeza :S ), este medio año como concejal ha sido una experiencia enormemente positiva en la que que no he dejado de abrazar aprendizajes claves que serán determinantes para poder seguir contribuyendo en un futuro a hacer de Villalba una ciudad más justa, verde y amable con sus vecin@s, ya sea desde dentro o desde fuera de las instituciones (porque esta experiencia y conocimiento que he tenido el privilegio de adquirir en mi condición de representanteo público ha llegado para ser compartida con el resto de la gente que en Collado Villalba lucha por mejorar nuestro municipio).
Valga este relato navideño y tontorrón como testimonio sintético de lo que para mí ha sido este medio año de trabajo en el Ayuntamiento… y para desearos a tod@s una feliz navidad, unas muy, muy, MUY FELICES FIESTAS y un aún más felíz año nuevo 🙂
Alerce.