Intervenciones en el Pleno de 31 de mayo de 2018

MOCIÓN DE CAMBIEMOS VILLALBA E INZQUIERDA UNIDA PARA LA CREACIÓN DE CONSEJOS DE BARRIO

Los consejos de barrio se llevan a cabo en muchas ciudades. Algunas de ellas están gobernadas por el PP. Otras son de tamaño comparable o incluso inferior al de Collado Villalba. Y su creación no es precisamente de hace dos días. Cito algunos ejemplos:

Municipio Gobierno Población
Barcelona Barcelona en Comú

1.620.809

Guadalajara PP

84.145

Parla PP

125.898

Puerto Real Puerto Real   sí Se Puede (el reglamento fue creado en 2013 por el Partido Andalucista)

41.472

Torrejón PP (los consejos de barrio se organizan por cuadrantes)

128.013

Xirivella Compromís

28.950

 

Cómo encajarían los consejos de barrio en el Reglamento de Participación Ciudadana

Es cierto que consideramos desfasado en varios aspectos el Reglamento de Participación Ciudadana de Collado Villalba, pero el modelo de consejos de barrio que promovemos puede llevarse a cabo mañana mismo, sin necesidad de cambiar una coma del mismo, gracias a la figura de los consejos sectoriales, que se recogen el Título X de la norma.

Estos consejos sectoriales ofrecen una figura válida para los órganos consultivos que queremos promover en esta moción. Además, en Artículo 31 del Reglamento se afirma que «Podrán ser creados otros consejos o modificados los citados por acuerdo del Pleno de Ayuntamiento.»

El Artículo 32 especifica funciones de consejos sectoriales que harían los consejos de barrio:

—   Informarse e informar al Ayuntamiento sobre los problemas específicos del sector o área que corresponden a su denominación.

—   Proponer iniciativas sugerencias o soluciones alternativas siendo de obligada consideración y estudio por parte del órgano correspondiente del Ayuntamiento así como su resolución por Pleno.

—   Consulta previa al Consejo por parte del Ayuntamiento en todos los asuntos de trascendencia que afecten al sector de actuación del Consejo.

—   Seguimientos de acuerdos.

—   Discutir las propuestas de programa anual de actuación y del presupuesto municipal de área correspondiente.

—   Desarrollan exclusivamente funciones de informe y, en su caso, propuestas en relación con las iniciativas municipales relativas al sector de actividad al que corresponda cada Consejo.

Es cierto que la representación vecinal dispuesta en Artículo 33 está permitida solo por un miembro de cada asociación registrada. Pero las reuniones son abiertas a la participación de todos los vecinos, aunque no sean miembros de pleno derecho del consejo de barrio: «Las reuniones de los Consejos serán públicas, pudiendo asistir a los mismas todas las personas que así lo deseen y pudiendo participar en los debates, siempre ordenados por la Presidencia» (Articulo 34).

¿Por qué empezar por el Gorronal?

La moción es perfectamente compatible con la creación de consejos en cualquier barrio del municipio, pero entendemos que es importante realizar una experiencia piloto en el Gorronal, por 2 razones.

  1. Consideramos que una experiencia piloto es útil y necesaria para dar con un modelo de funcionamiento que favorezca del mejor modo posible la participación vecinal. Entonces se podrá replicar ese modelo de funcionamiento con garantías de éxito.
  2. El Gorronal reúne características que hacen prever una alta implicación y participación vecinal en un consejo de barrio. Se trata del barrio con mayor tejido asociativo, donde mayor es la interrelación entre vecinos. Pero además, presenta carencias enormes en aspectos diversos, carencias que se pretende paliar con el plan de inversiones que recoge la declaración institucional que se acaba de aprobar en este pleno, y que es un plan general que debe aterrizarse en multitud de actuaciones puntuales en las que los vecinos tienen mucho que decir.

No sería «otro órgano más».

No existe un órgano de participación efectivo que aborde con visión de conjunto los asuntos que surgen a nivel de barrio. A este mismo pleno elevamos una declaración institucional referente al barrio del Gorronal. Su contenido es el resultado de múltiples entrevistas, reuniones particulares, y esfuerzos de recogida de datos por 4 formaciones políticas entre una gran cantidad y diversidad de asociaciones y vecinas. De haber estado en funcionamiento un consejo de barrio del Gorronal, el conjunto de medidas que contempla esa declaración institucional hubiera podido redactarse y debatirse en ese consejo, por parte de las personas directamente afectadas por ellas. Así pues, los Consejos de Barrio no son un escalón burocrático más, no son un apunte fastidioso en la agenda de quienes formen parte de ellos. No solo representan un canal idóneo para ejercer el derecho democrático de participación vecinal a nivel más próximo: supondrán un ahorro de esfuerzo y un refuerzo a la legitimidad de las actuaciones de los decisores públicos.

Las instituciones políticas se construyen y fortalecen mediante la práctica cotidiana. Si existe inquietud entre el vecindario hay participación. Y esa participación se mantendrá si los poderes públicos la fomentan. Para ello, los consejos de barrio deben ser útiles como instrumento que permita a la ciudadanía formular públicamente propuestas a la autoridad competente para llevarlas a término, y verlas hechas realidad. La aprobación del plan de inversiones en el Gorronal hace más oportuna que nunca la creación de los consejos de barrio, empezando por este, para que sus vecinos tomen parte en las decisiones concretas de asignación de fondos públicos que muy pronto habrán de tomarse.

La creación de consejos de barrio abrirá una vía fundamental para, como dice el Reglamento de Participación Ciudadana en su preámbulo, «facilitar la participación y de ampliar la democracia local».

PREGUNTA EN EL PLENO

¿Qué medidas va a tomar el Ayuntamiento en las próximas fiestas, y muy especialmente en el recinto ferial, para adecuar los niveles de ruido a los requisitos de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido?

Tal y como expusimos el Pleno 27 de abril de 2017 donde defendíamos una moción para la prevención de la contaminación acústica en nuestra ciudad, las directrices de la OMS determinan los 35 decibelios como límite para un descanso ininterrumpido y satisfactorio (ese sería el volumen de una conversación en voz baja). Pero las vecinas de las zonas colindantes a la ubicación de las fiestas tienen que aguantar niveles de ruido mucho mayores que se prolongan toda la noche durante lo que duran las fiestas de San Antonio. Por no mencionar otros problemas de convivencia graves que genera esta actividad (suciedad, reyertas, problemas de los vecinos para acceder a sus domicilios) y que exceden el ámbito de esta pregunta.

Actualmente no existe una ordenanza municipal específica sobre el ruido, y no contamos con una ley autonómica del ruido, por lo que nuestro marco legal es la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido, y el reglamento que la desarrolla (Real Decreto 1367/2007, de 19 de octubre). Este marco legal especifica claramente que los niveles de ruido en el interior de un dormitorio de noche no pueden superar los 30 decibelios (Anexo II del R.D.), y que en las calles no pueden superarse los 55 decibelios de noche (para orientarnos: si estamos en la calle y tenemos que levantar la voz para que nos escuche alguien con quien estamos conversando, ya se está incumpliendo la ley del ruido).

La ley es muy clara: indica que son las autoridades locales las que deben hacer cumplir las normas en materia de ruido y sancionar a quienes la incumplen.

Y no cabe mencionar el Artículo 9 de la Ley del Ruido, que permitiría no respetar provisionalmente la normativa. Porque no se ha valorado la incidencia acústica de la feria, ni se da el caso de que las medidas para limitar el ruido sean disparatadamente costosas. Los limitadores acústicos tienen un coste más que razonable. Y hay medidas con coste cero, como sustituir la guerra de volumen entre la música de las atracciones por un hilo musical común a toda la feria, y a menor volumen. En otros municipios se llevan a cabo. Sus fiestas son menos ruidosas y no por ello menos divertidas.

Muchas familias deben afrontar el coste oculto de las ferias, en términos de insomnio o de tener que buscar otros lugares para pasar unos días en los que la vida cotidiana se les hace imposible, especialmente de noche.

No nos posicionamos contra las Fiestas de San Antonio: nos cuestionamos el dogma de que sin estruendo no puede haber fiestas. Y nos limitamos a señalar un conflicto de convivencia que el equipo de gobierno viene ignorando año tras año, y en el que tiene la obligación ineludible de mediar.

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